REFLEXIONES

¡Mi alma! aprenda de este punto de vista del dulce estado de ánimo de David bajo aflicciones muy pesadas, la preciosidad de la fe y los benditos efectos de ella. Sin duda, en la estimación de la vida de David, esas temporadas fueron más altamente valoradas por él, cuando al revisarlas, después de que las horas de prueba habían terminado, pudo mirar hacia atrás y ver con qué gracia el Señor lo había guiado a través de ellas, lo había apoyado. debajo de ellos, y lo sacó de ellos.

Y, lector, anota en tu experiencia, porque no deseo nunca perder de vista en la mía, que, por dolorosas que sean las aflicciones, un verdadero creyente en JESÚS es, en última instancia, un vencedor por cada conflicto y prueba a la que es llamado. pasar por. Esa promesa debe ser segura: Todas las cosas, por muy desalentadoras que parezcan ahora, les ayudan a bien a los que aman a DIOS, a los que conforme a su propósito son llamados.

Y, si nuestra fe está capacitada para dar el debido crédito a DIOS, dependa de ello, DIOS dará la recompensa debida a la fe. Y vivir de acuerdo con las perfecciones de DIOS, sus promesas, sus compromisos de pacto en JESÚS, cuando todas las avenidas, como nos parecen, están cerradas, por las cuales esos compromisos pueden ser cumplidos; ¡Ésta es una fe preciosa en verdad! ¡Queridísimo JESÚS! concédeme gracia para vivir. Que mi confianza en ti, mi interés en ti, mis recursos de ti y mi vida sobre ti, sea siempre tal, que, como David, las corrientes de comodidades externas corren bajo, como en esta huida suya de su ciudad; o si las comunicaciones de tu gracia remiten su acostumbrado fluir; sin embargo, sabiendo que eres el mismo, y la eficacia soberana de tu salvación no admite abatimiento, mi seguridad en ti puede ser la misma también.

Y sea mi cántico como el del profeta, que aunque la higuera no florezca, ni haya fruto en la vid; el trabajo del olivo se acaba, y los campos no dan carne; el rebaño sea cortado del redil, y no haya rebaño en el establo; pero yo me regocijaré en el SEÑOR, me gozaré en el DIOS de mi salvación.

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