REFLEXIONES

YO BESEO a mi DIOS y Salvador, que ilumine los ojos de mi entendimiento, que al leer esos preceptos de su santa ley, pueda ser inducido a ver algo que conduce a JESÚS o que lo señala en cada uno de ellos. Si, querido SEÑOR, me has desposado contigo, no me darás una carta de divorcio, aunque soy del todo indigno de tu amor, porque odias el repudiar, y has dicho que seré tuyo para siempre.

Señor, dame gracia para imitar tu ternura, y en todas mis preocupaciones con mi hermano más pobre, no olvides que has condescendido en llamarme tu hermano; e incluso a los extraños, que nunca olvide que cuando en la esclavitud del pecado y la corrupción me buscaste y me liberaste, yo era un extraño en la tierra de Egipto. ¡Oh! por la gracia de manifestarte mi amor, en recuerdo de toda tu familia afligida, probada y angustiada.

El SEÑOR JESÚS, ayúdame con su dulce amor constrictivo, a hacer con los demás como él ha hecho conmigo; y revestirme, como los elegidos de DIOS, de entrañas de misericordia, bondad, humildad de mente, mansedumbre, longanimidad: para que sea manifiesto a mi propio corazón, y a todos con quienes tengo que tratar, que lo mismo La mente está en mí, que también estaba en CRISTO JESÚS.

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