¿Quién sino admirar el santo celo de Esdras? ¿Qué maravilloso intento debe haber sido? ¿Qué crucifixión de la carne con sus afectos y deseos? Lector, observe cómo el Señor pareció responder a los excrementos de las lágrimas de su pueblo con los excrementos de los cielos en la lluvia. Se habla de esta fuerte lluvia como evidentemente una manifestación peculiar, dando a entender que Dios miró y participó en la reforma del pueblo.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad