REFLEXIONES

¡Mi alma! ¿Ves la disposición del pueblo para llevar sus ofrendas al Señor, incluso mientras se acercan a Dios en un estado de tabernáculo? ¿Y no buscarás la gracia para traer todo lo que tienes a su servicio, ya que Jesús descendió y tabernáculo en tu naturaleza? para acercarte con su sangre y su justicia? ¡Oh! ¡Tú, precioso Dios y Salvador! el tabernáculo de mi alma y mi escondite; que yo viva en ti y sea edificado sobre ti.

Tú eres en verdad el verdadero tabernáculo, el oro que no perece, la perla de gran precio; sé tú para mí todo lo que necesito, en este estado de tabernáculo, hasta que me lleves a tu templo, que está arriba, donde las puertas son una perla y la calle de la ciudad es de oro puro; pero donde infinitamente sobre todos estos, el Señor Dios Todopoderoso, y el Cordero es su templo. Hasta que amanezca y huyan las sombras, sé tú mi Dios y mi guía hasta la muerte.

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