Seguramente hay en esos versículos una alusión tan clara a la persona del Señor Jesucristo, que es difícil que alguien la confunda o la aplique a cualquier otra. Y no solo a su persona, por su infinita dignidad, sino también a sus oficios y carácter. Porque Jesús no es solo el camino, y el único camino de acceso a Jehová; pero es imposible, se nos dice, acercarnos a nadie que no sea él.

La puerta está cerrada y cerrada para siempre. Cuán benditamente habla el Apóstol, sobre este gran punto. Hebreos 9:11 .

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad