REFLEXIONES

¡Mi hermano cristiano! ¿Estás incluido en este bendito pacto? ¿Tienes las marcas y los caracteres de la misma? ¿Puedes decir como dijo Pablo: Somos la verdadera circuncisión, que adoramos a Dios en espíritu; regocíjate en Cristo Jesús; y no tengáis confianza en la carne. ¡Deténgase sobre la pregunta! Y ¡oh! para que un Dios misericordioso les conceda una respuesta de paz. Si esta es tu porción, entonces no necesitas nada más para hacerte feliz.

Porque Dios os dice como al Patriarca; Te daré la tierra en la que eres forastero. ¿Y dónde está eso, sino el cielo? ¡Queridísimo Jesús! ¿No te has apoderado de ella en nombre de tu pueblo? y no prometiste que volverás y las recibirás para ti, que donde tú estés, allí también estarán.

¡Pobre creyente tímido y dubitativo! ¿Le dijo Dios a Abraham que lo bendeciría y, en confirmación de ello, se revelaría con este glorioso nombre: Dios Todopoderoso? Rogadle, pues, que me conceda la gracia de convertir esta promesa en oración; y suplicad que el mismo Dios sea para ti y el tuyo, el Dios todo suficiente. Y ¡oh! para que cada alma bondadosa pueda encontrar la gracia que nos hizo el Patriarca, para suplicar a Dios por los Ismael de su casa, los que no han despertado y los descuidados que lo rodean. Y que la respuesta del Señor sea igualmente misericordiosa. Te he escuchado.

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