¡Lector! observe cuán bondadosamente el Señor prosigue a protestar ya razonar con su pueblo. Tanto Israel como Judá oirán. Y por los fuertes llamamientos de su omnipotencia, los llama a consideración. ¡Pero Ay! hasta que el Señor que llama, da la gracia de oír, toda predicación es en vano. Lo que el Señor ha dicho aquí sobre el mar, las olas y las semanas señaladas de la cosecha, se refiere a su Pacto después del diluvio: al cual nosotros, los de la hora presente, podemos poner nuestro sello, así como los que están en el días de Jeremías, Génesis 8:22 .

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