REFLEXIONES

LECTOR, no dejemos que este interesante discurso de Eliú se nos escape sin dejar en nuestras mentes las muchas y preciosas instrucciones que está tan eminentemente calculado para impartir; ni, en vista de la conveniencia de la misma para Job, pasar por alto el interés que nosotros mismos tenemos en ella. Cada perfección de JEHOVÁ nos predica las mismas verdades benditas por las que Eliú lucha aquí; es decir, que la soberanía de DIOS y la justicia de DIOS, independientemente de su pacto de amor y sabiduría, tienen reclamos incontestables sobre todas sus criaturas, por la sumisión más extensa e incondicional a su santa voluntad en todas las cosas.

Esa conclusión de Elí es, o debería ser, la conclusión de todos: Es el SEÑOR, que haga lo que bien le parezca. Pero cuando agregamos a esta visión del poder y la autoridad de DIOS, el sentido también de su sabiduría y su amor, mientras que el primero exige nuestra obediente sumisión, en cuanto a los derechos del Señor, este último agrega otro reclamo a este estado de ánimo devenir, porque sabemos que estas gloriosas perfecciones están comprometidas, y siempre en ejercicio, para arreglar y ordenar todas las cosas, de la mejor manera y, en última instancia, promover la felicidad de su pueblo redimido, cualesquiera que sean los eventos externos que se señalen para el logro.

Y la conciencia de esto lleva la mente al más dulce de todos los marcos, cuando el corazón está una vez plenamente establecido en la firme fe y seguridad de él. Porque el alma de los fieles llegará entonces a esta feliz conclusión: ¿Por qué debo estar ansioso por cualquier circunstancia que ocurra, cuando el poder y la soberanía de mi DIOS, y la sabiduría y el amor de mi DIOS, estén todos en ejercicio para hacer por mí lo que ¿Puede promover mejor la gloria de mi DIOS y mi bienestar? No, dice el creyente, que mi DIOS, mi JESÚS, mi sabio y amoroso SEÑOR, elija todo por mí; seguro que lo soy, entonces no solo será el más sabio y mejor elegido, sino lo que debería ser, para su gloria y mi bien.

Lector, le pido a DIOS que tanto usted como yo encontremos gracia para actuar así, y así poner en sus manos todo lo que concierne a nuestro bienestar presente y eterno, desde una convicción perfecta de esa verdad infalible, Todas las cosas les ayudan a bien. que aman a DIOS, a los que conforme a su propósito son llamados.

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