¡Lector! no dejéis de observar cómo comienza el sermón agonizante de Josué. Todo es de Dios. Dios, como un Dios del pacto, era el texto de Josué y el resumen y la sustancia de todo su sermón. Ni una palabra de sí mismo. Ni una palabra para magnificar sus servicios, ni siquiera como un instrumento en la mano de Dios. La carga de su predicación era, lo que Jehová Aleim había hecho, y lo que su propia experiencia sabía que era verdad, de la gracia del Señor su Dios para con ellos.

¡Queridísimo Jesús! que sea mi felicidad copiar después de este ilustre ejemplo. En una hora viva, puedo hablar de ti y solo de tu justicia. Y en una hora agonizante puede que la larga experiencia resuma todo el relato, Cristo es todo y en todos. Colosenses 3:11 .

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