Aquí hay dulces promesas también para los débiles y temerosos. Deteniéndose, y las almas temblorosas, bajo el pensamiento de ser desechadas; será fortalecido. Jesús será su fuerza y ​​su confianza, y defenderá su causa. Observa, lector, con qué frecuencia se menciona esa dulce palabra. Yo, el Señor, me reuniré; Yo recogeré; Haré de ella que detuvo un remanente. ¡Sí! todo debe ser hecho por el Señor. Y cuando el Señor obra, ¿quién permitirá o impedirá?

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