EL PROFETA MICAH

OBSERVACIONES GENERALES.

EL Profeta Miqueas se presenta en la Iglesia con no poca eminencia como siervo del Señor, a partir de varias observaciones brillantes sobre su Señor y Maestro. Ninguno de los profetas, excepto Miqueas, tuvo el honor de decirle a la Iglesia el lugar muy memorable y honrado donde Cristo debería nacer. De hecho, estamos muy en deuda con él por muchos testimonios benditos acerca del Señor Jesucristo, que encontramos como las estrellas centelleantes del firmamento, brillando aquí y allá en varias partes de su profecía.

El nombre de este Profeta es sorprendente. Miqueas significa pobre y humilde. Se le llama morastita; quizás de una ciudad de la tribu de Judá llamada Moresa, o como algunos lo traducen, Maresah. Fue casi un contemporáneo de Isaías y, en consecuencia, vivió en los reinados de Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá. Algunos han determinado que el alcance de su ministerio como Profeta, ha sido cerca de cincuenta años; pero es más probable que no pasara de los cuarenta años.

El lector de este comentario estará mucho más interesado en encontrar en la profecía de Miqueas el testimonio de su oficio inspirado, a partir de sus predicciones acerca del Señor Jesucristo, que cualquier relato circunstancial del lugar de su nacimiento, las conexiones en su familia o el período en el que vivió o murió. Por lo tanto, le ruego al lector que se una a mi espíritu en el propiciatorio, para que tanta luz del cielo pueda brillar sobre la página sagrada de los escritos de Miqueas, mientras la revisamos, para que ambos encontremos preciosos testimonios de la verdad como es en Jesús; y hallar motivo también para bendecir a Dios el Espíritu Santo por esta porción de su divina palabra, para hacernos sabios para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Amén.

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