REFLEXIONES

¡MIRA, alma mía, que tu Dios y Salvador es él mismo tu estandarte, estandarte y estandarte! ¡Mira cómo se levanta para atraerte hacia él! Señor, dame gracia y ojo perspicaz para verte en tu carácter personal y oficio como el estandarte de la casa de mi Padre. Déjame contemplarte en tu fidelidad, en tu amor y en todo lo que pueda tender a hacerte querer en mi corazón. Déjame verte representado en tipo, en todas las sombras del Antiguo Testamento; y realizado en toda la sustancia del Nuevo Testamento.

Y, oh Dios mío, dame poder en tu fuerza, para luchar bajo tu estandarte, contra el pecado, la muerte y Satanás, y todos los enemigos de mi salvación. ¡Y querido Jesús! Ve delante de mí a través de toda la guerra, para que yo sienta en mi propia experiencia, esa gloriosa promesa de mi Dios y Padre cumplida, en la que dice: He aquí, lo he dado por testigo, líder y comandante del pueblo. . Aun así, amén.

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