Que el Lector no pierda de vista la intención, que probablemente el ESPÍRITU SANTO tenía en vista, al hacer que se volviera a mencionar el pecado de los dos hijos mayores de Aarón. La iglesia de DIOS es un recinto sagrado fuera del desierto del mundo. Que nadie se precipite hacia él con un neumático extraño y chispas de su propio fuego. ¡Recuerda a Nadab y Abiú! Levítico 10:2 .

¡Mi alma! aunque busques la aceptación, tanto de tu persona como de tu ofrenda, sólo en la sangre y la justicia de JESÚS, ¡presta atención a cómo te adentras en la presencia divina, en un estado de ánimo descuidado, despreocupado e indiferente! Ver Levítico 10:3 .

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