• 1 Reyes 1:5

    Entonces Adonías, hijo de Haguit, se enalteció diciendo: “¡Yo seré rey!”. Y se consiguió un carro, jinetes y cincuenta hombres que corrieran delante de él.

  • 1 Reyes 1:6

    En toda su vida, su padre no lo había contrariado diciéndole: “¿Por qué has actuado así?”. Él era también de muy buena presencia y había nacido después de Absalón.

  • 1 Reyes 1:7

    Adonías tenía tratos con Joab, hijo de Sarvia, y con el sacerdote Abiatar. Ellos respaldaban a Adonías;

  • 1 Reyes 1:8

    pero el sacerdote Sadoc, Benaías hijo de Joyada, el profeta Natán, Simei, Rei y los valientes que tenía David no seguían a Adonías.

  • 1 Reyes 1:9

    Adonías mató ovejas, vacas y ganado engordado junto a la peña de Zojélet, que está cerca de En-rogel; e invitó a todos sus hermanos, los hijos del rey, y a todos los hombres de Judá, servidores del rey.

  • 1 Reyes 1:10

    Pero no invitó al profeta Natán ni a Benaías ni a los valientes ni a su hermano Salomón.

  • 1 Reyes 1:11

    Entonces Natán habló a Betsabé, madre de Salomón, diciendo: — ¿No has oído que reina Adonías, hijo de Haguit, sin que lo sepa nuestro señor David?

  • 1 Reyes 1:12

    Ahora pues, ven, déjame darte un consejo para que salves tu vida y la vida de tu hijo Salomón:

  • 1 Reyes 1:13

    Ve, entra a la presencia del rey David y dile: “Mi señor el rey, ¿no has jurado tú a tu sierva diciendo: ‘Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él se sentará en mi trono’? ¿Por qué, pues, reina Adonías?”.

  • 1 Reyes 1:14

    Mientras tú aún estés allí hablando con el rey, he aquí que yo entraré detrás de ti y confirmaré tus palabras.

  • 1 Reyes 1:15

    Entonces Betsabé entró en el dormitorio del rey. El rey era muy anciano, y Abisag la sunamita le servía.

  • 1 Reyes 1:16

    Betsabé se inclinó y se postró ante el rey, y este preguntó: — ¿Qué quieres?

  • 1 Reyes 1:17

    Ella le respondió: — Señor mío, tú has jurado a tu sierva por el SEÑOR tu Dios: “Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él se sentará en mi trono”.

  • 1 Reyes 1:18

    Pero ahora, he aquí que reina Adonías; y tú, mi señor el rey, no lo sabes.

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