• 2 Reyes 6:2

    Permite que vayamos al Jordán, que tomemos de allí cada uno un tronco y que nos hagamos allí un lugar donde podamos habitar. Él dijo: — Vayan.

  • 2 Reyes 6:3

    Luego uno dijo: — Por favor, dígnate venir con tus siervos. Y él respondió: — Yo iré.

  • 2 Reyes 6:4

    Entonces fue con ellos; y cuando llegaron al Jordán, cortaron los árboles.

  • 2 Reyes 6:5

    Pero sucedió que cuando uno de ellos estaba derribando un tronco, se le cayó el hierro del hacha al agua, y dio voces diciendo: — ¡Ay, señor mío! ¡Era prestada!

  • 2 Reyes 6:6

    El hombre de Dios preguntó: — ¿Dónde cayó? Le mostró el lugar. Y él cortó un palo, lo echó allí e hizo flotar el hierro.

  • 2 Reyes 6:7

    Entonces dijo: — Tómalo. Y él extendió la mano y lo tomó.

  • 2 Reyes 6:8

    El rey de Siria estaba en guerra con Israel, y tomó consejo con sus servidores, diciendo: — En tal y tal lugar estará mi campamento.

  • 2 Reyes 6:9

    Pero el hombre de Dios mandó a decir al rey de Israel: “Guárdate de pasar por tal lugar, porque los sirios van a descender allí”.

  • 2 Reyes 6:10

    Y el rey de Israel enviaba gente al lugar que el hombre de Dios le indicaba y advertía, de modo que tomaba precauciones allí, no una ni dos veces.

  • 2 Reyes 6:11

    Entonces el corazón del rey de Siria se turbó por esto, y llamando a sus servidores les preguntó: — ¿No me declararán ustedes quién de los nuestros está de parte del rey de Israel?

  • 2 Reyes 6:12

    Entonces respondió uno de sus servidores: — Ninguno, oh mi señor el rey; sino que el profeta Eliseo, que está en Israel, le declara al rey de Israel las palabras que hablas en tu dormitorio.

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