• Apocalipsis 18:8

    Por eso, en un solo día le sobrevendrán las plagas: muerte, llanto y hambre. Y será quemada con fuego, porque fuerte es el Señor Dios quien la juzga.

  • Apocalipsis 18:9

    “Cuando vean el humo de su incendio, llorarán y se lamentarán por ella los reyes de la tierra que han fornicado con ella y han vivido de su sensualidad.

  • Apocalipsis 18:10

    Estando de pie, desde lejos por temor de su tormento, dirán: ‘¡Ay! ¡Ay de ti, oh gran ciudad, oh Babilonia, ciudad poderosa; porque en una sola hora vino tu juicio!’.

  • Apocalipsis 18:11

    “Y los comerciantes de la tierra lloran y se lamentan por ella, porque ya nadie compra más su mercadería:

  • Apocalipsis 18:12

    mercadería de oro, plata, piedras preciosas, perlas, lino fino, púrpura, seda, escarlata, toda madera olorosa, todo artículo de marfil, todo artículo de madera preciosa y de cobre y de hierro y de mármol;

  • Apocalipsis 18:13

    canela, especias aromáticas, incienso, mirra, perfumes, vino, aceite, harina refinada, trigo, ganado, ovejas, caballos, carros, y cuerpos y almas de hombres.

  • Apocalipsis 18:14

    “El fruto que anhela tu alma se apartó de ti. Todas las cosas exquisitas y espléndidas se te desvanecieron, y jamás las hallarán.

  • Apocalipsis 18:15

    “Los comerciantes de estos bienes que se han enriquecido de ella estarán de pie, desde lejos por temor de su tormento, llorando y lamentando,

  • Apocalipsis 18:16

    diciendo: ‘¡Ay! ¡Ay de la gran ciudad, vestida de lino fino y de púrpura y de escarlata, adornada de oro y piedras preciosas y perlas!

  • Apocalipsis 18:17

    ¡Porque en una sola hora ha sido asolada tanta riqueza!’. “Y todo timonel, todo el que navega de lugar en lugar, y los marineros y cuantos trabajan en el mar se pusieron de pie desde lejos.

  • Apocalipsis 18:18

    Y viendo el humo de su incendio, daban voces diciendo: ‘¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad?’.

  • Apocalipsis 18:19

    Echaron polvo sobre sus cabezas, y llorando y lamentando, gritaban diciendo: ‘¡Ay! ¡Ay de la gran ciudad! En ella todos los que tenían barcos en el mar se enriquecieron de la opulencia de ella. ¡Porque en una sola hora ha sido asolada!’.

Continúa después de la publicidad