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¡Es un manantial cercado de jardines, un pozo de aguas vivas que corren del Líbano! 
             
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¡Levántate, oh Aquilón! ¡Ven, oh Austro! Soplen en mi jardín y despréndanse sus aromas. Venga mi amado a su huerto y coma de su exquisito fruto. 
             
            
    
    
    
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