Y yendo en pos del varón de Dios, lo halló sentado debajo de una encina; y le dijo: ¿Eres tú el varón de Dios que vino de Judá? Y él respondió: Lo soy.

Siguió al hombre de Dios y lo encontró sentado debajo de una encina, [Septuaginta: hupo drun; pero las versiones siríaca, árabe y vulgata lo traducen como 'debajo de un terebinto'].

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