Ahora bien, los días de David se acercaron para que muera; y mandó a Salomón su hijo, diciendo:

David... encargó... a su hijo. El cargo registrado aquí fue dado a Salomón en su lecho de muerte, y es diferente del discurso de despedida pronunciado en público algún tiempo antes (1 Cr. 28:29). Se presenta con gran solemnidad.

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