Entonces el rey Salomón juró por el SEÑOR, diciendo: Así me haga Dios, y aun me añada, si Adonías no habla esta palabra contra su propia vida.

Dios me haga así, y aún más. La forma común de presentar un juramento solemne.

Adonías... pronunció esta palabra contra su propia vida. Ya sea que hubiera un diseño de traición oculto bajo esta solicitud o no, el acto, según las nociones orientales, fue criminal y de consecuencias peligrosas para el estado. No hay motivo para censurar a Salomón por su crueldad o precipitación en este caso.

Había perdonado la antigua conspiración de Adonías; pero este nuevo intento fue rebelión contra el virrey designado por el Divino Rey, y exigió castigo condigno. El oficio de verdugo era, entre los hebreos, como en otros países antiguos de Oriente, realizado sin contemplaciones y en privado, a menudo sin previo aviso, por el capitán de la guardia, o uno de sus oficiales ( Mateo 14:10 ).

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