Y el cimiento era de piedras preciosas, piedras grandes, piedras de diez codos, y piedras de ocho codos.

Los cimientos eran de piedras costosas, incluso grandes piedras. Hoy en día se encuentran en Jerusalén piedras enormes, que corresponden exactamente a las dimensiones indicadas. No sólo los muros, desde los cimientos hasta las vigas del tejado, estaban construidos con grandes piedras talladas, sino que también el amplio patio que rodeaba el palacio estaba pavimentado con grandes piedras cuadradas.

De estas piedras ciclópeas que formaban la subestructura del antiguo templo, el Dr. Robinson, en su descripción de la zona del templo ('Biblical Researches', 1:, p. 422), da la siguiente explicación: "La parte superior de los muros (es decir, de la Mezquita el-Haram) es obviamente de origen moderno; pero para el observador más casual no puede ser menos obvio que estos enormes bloques, que aparecen sólo en partes de la parte inferior, deben referirse a una fecha anterior. El aspecto de los muros en casi todas sus partes parece indicar que han sido construidos sobre cimientos antiguos, como si un muro antiguo y mucho más macizo hubiera sido derribado y en tiempos posteriores se hubiera erigido uno nuevo sobre sus restos.

La primera vez que nos fijamos en estas grandes piedras fue en la esquina sureste del recinto, donde quizá sean tan llamativas y formen una parte tan grande del muro como en cualquier otra parte. Hay varias hileras, tanto en el lado este como en el sur, que se alternan entre sí, en las que las piedras miden de 17 a 19 pies de longitud por 3 o 4 pies de altura, mientras que un bloque en la esquina 7:1 /3 pies de espesor. Más hacia el norte todo es nuevo hasta la esquina noreste del área, donde aparecen las piedras antiguas, una de las cuales mide 24 pies de largo por 3 pies de alto y 6 pies de ancho. La piedra angular del lado oeste, ahora próxima a la superficie del suelo, mide 30 pies y 10 pulgadas de largo por 6 pies y medio de ancho; y varias otras varían de 20 pies y medio a 24 pies y medio de largo por 5 pies de grosor.

Sin embargo, no es sólo el gran tamaño de estas piedras lo que llama la atención del observador, sino que la forma en que están talladas les da también un carácter especial. En el lenguaje común, son biseladas, lo que significa que, después de que toda la superficie haya sido tallada y escuadrada, se corta una estrecha franja a lo largo de los bordes un cuarto o media pulgada más baja que el resto de la superficie. Cuando estas piedras biseladas se colocan en una pared, la cara de la misma exhibe, por supuesto, líneas o ranuras, formadas por estos bordes deprimidos en su unión, marcando más claramente la elevación de los diferentes cursos, así como la longitud de las piedras que los componen.

La primera vez que vi estas piedras, me convencí de que la parte inferior había pertenecido al antiguo templo, y cada visita posterior sólo sirvió para reforzar esta convicción. El tamaño de las piedras y el carácter heterogéneo de los muros dejan fuera de toda duda que los mahometanos nunca las colocaron en su lugar actual, y la forma especial en que están talladas no pertenece propiamente ni a la arquitectura sarracena ni a la romana. De hecho, todo parece apuntar a un origen judío; y un descubrimiento (a saber, el del arco del puente sobre el Tyropoeon) que hicimos en el curso de nuestro examen, reduce esta hipótesis, a una certeza absoluta," (ver también "Palastina" de Raumer, p. 290; Bahr, 'Der Salomonische Tempel', parte 2; 'Handbook' de Porter, p. 118; 'Tent and Khan' de Stewart, p. 261; 'City of the Great King' de Barclay, p. 273).

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