Y los siervos de Saúl le dijeron: He aquí ahora, un espíritu malo de parte de Dios te atormenta.

Los siervos de Saúl le dijeron. Los médicos hebreos no conocían otro remedio para una enfermedad de este tipo que la música, que 'tiene encantos para calmar el pecho salvaje'; y en consecuencia aconsejaron obtener los servicios de una persona hábil en la música instrumental.

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