Además su madre le hacía una túnica pequeña, y se la traía de año en año, cuando subía con su marido para ofrecer el sacrificio anual.

Su madre le hacía un abrigo pequeño y se lo traía de año en año. Consciente de que él todavía no podía prestar ningún servicio útil al tabernáculo, ella se hizo cargo de los gastos de proporcionarle ropa para vestir. Todos los tejidos, la fabricación de telas y la confección de trajes eran antiguamente empleo de mujeres.

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