Y viendo los hombres de Asdod que era así, dijeron: El arca del Dios de Israel no permanecerá con nosotros, porque su mano es dolorosa sobre nosotros, y sobre nuestro dios Dagón.

El arca de... Dios... no permanecerá con nosotros. Se trasladó sucesivamente a varias de las grandes localidades del país; pero la misma pestilencia estalló en todos los lugares, y se desató con tanta furia y fatalidad que las autoridades se vieron obligadas a enviar el arca de vuelta a la tierra de Israel.

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