Y quitaron los holocaustos, para darlos según las divisiones de las familias del pueblo, para ofrecer a Jehová, como está escrito en el libro de Moisés. Y lo mismo hicieron con los bueyes.

Sacaron los holocaustos. Algunos de los pequeños animales, que estaban destinados a las ofrendas quemadas, se separaron para que no se mezclaran con los corderos pascuales, que fueron cuidadosamente seleccionados según ciertas reglas y destinados a ser comidos sacramentalmente; y la manera en que se presentaban esos holocaustos parece haber sido la siguiente: 'Todas las subdivisiones de las diferentes casas paternas venían una tras otra al altar en solemne procesión, para traer a los sacerdotes las porciones que habían sido cortadas, y los sacerdotes pusieron estos pedazos sobre el fuego del altar de la ofrenda quemada.'

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