Y no hubo pascua como la celebrada en Israel desde los días del profeta Samuel; ni todos los reyes de Israel celebraron una pascua como la que hizo Josías, ni los sacerdotes, ni los levitas, ni todo Judá e Israel que estaban presentes, ni los moradores de Jerusalén.

No hubo Pascua como la celebrada en Israel, desde los días de Samuel. Una característica por la que se distinguió esta Pascua fue la liberalidad de Josías. Pero lo que la distinguió de todas las solemnidades precedentes no fue la imponente grandeza de las ceremonias, ni la inmensidad de la asamblea de adoradores, pues éstos, con la excepción de unos pocos del reino de Israel, estaban confinados a dos tribus; pero fue la ardiente devoción del rey y del pueblo, el desprecio de las costumbres puramente tradicionales y la adherencia inusualmente estricta, incluso en las más pequeñas minucias, a las formas de observancia prescritas en el libro de la ley, el descubrimiento de una copia original que había producido tan gran sensación.

En lugar de "desde los días de Samuel", el autor del Libro de los Reyes dice, "desde los días de los jueces que juzgaban a Israel". El significado es el mismo en ambos pasajes, porque Samuel concluyó la era de los jueces.

Todo... Israel que estuvo presente. La gran mayoría de la gente del reino del norte estaba en el exilio; pero algunos de los demás habitantes hicieron el viaje a Jerusalén, en esta ocasión se usaron 37.600 corderos pascuales y cabritos, que, a 10 por compañía, harían 376.000 personas asistentes a la fiesta.

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