Y aconteció que tan pronto como el reino fue confirmado en su mano, mató a sus siervos que habían matado al rey su padre.

Tan pronto como el reino fue confirmado en su mano. Se considera que esto implica que Judá se había convertido en una dependencia tributaria de Asiria, y que cada príncipe, en su ascensión al trono, requería ser confirmado formalmente en su reino por su soberano asirio. Fue un acto de justicia, no menos que de piedad filial, vengar el asesinato de su padre; pero es evidente que los dos asesinos deben haber poseído un peso e influencia considerables, ya que el rey se vio obligado a retenerlos a su servicio, y no se atrevió, por temor a sus amigos y partidarios, a entablar procedimientos contra ellos hasta que su poder hubiera sido completamente liberado y consolidado.

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