Porque así fue, que los hijos de Israel pecaron contra el SEÑOR su Dios, que los había sacado de la tierra de Egipto, de la mano del Faraón rey de Egipto, y temieron a otros dioses,

Porque así fue, que los hijos de Israel habían pecado. Aquí se da una vindicación muy completa e impresionante del procedimiento divino al castigar a su pueblo altamente privilegiado pero rebelde y apóstata (Havernick, 'Old Testament', p. 51; Graves, 2:, p. 171). No es de extrañar que, en medio de una perversión tan flagrante del culto al Dios verdadero, y de la propensión nacional a hacer reverencia a los ídolos, la paciencia divina se agotara, y que el Dios al que habían abandonado, al violar el pacto nacional, cuya adhesión constituía su título para la ocupación de Canaán, les permitiera ir al cautiverio, para que pudieran aprender la diferencia entre su servicio y el de sus despóticos conquistadores.

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