Oid, y testificad en la casa de Jacob, dice el Señor DIOS, el Dios de los ejércitos.

Escuchad y testificad en la casa de Jacob, es decir, contra la casa de Jacob. Dios llama a las mismas personas que en el versículo anterior, es decir, a los paganos filisteos y egipcios, para que sean testigos con sus propios ojos de las corrupciones de Samaria descritas anteriormente, de manera que nadie pueda negar la justicia del castigo de Samaria (Maurer).

El Dios de los ejércitos, teniendo así todos los poderes del cielo y de la tierra a su disposición, es uno que infunde terror en los corazones de los culpables a quienes amenaza.

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