Aborrezco, desprecio vuestras fiestas, y no he de oler en vuestras asambleas solemnes.

Odio, desprecio. Los dos verbos unidos sin conjunción expresan el fuerte aborrecimiento de Dios.

Vuestros días festivos, vuestros, no míos; Yo no los reconozco: a diferencia de los de Judá, los vuestros son de institución humana, no divina.

No oleré - es decir, no me deleitaré en los sacrificios ofrecidos ( "El Señor olió un olor grato").

En vuestras asambleas solemnes, literalmente, días de moderación.( Isaías 1:10 ), "El incienso me es abominación... el convocar asambleas, no puedo dejarlo; es iniquidad, aun las reuniones solemnes", etc., etc., es paralelo. Isaías es más completo, Amós más condensado. Amós condena a Israel, no solo por su pensamiento de satisfacer a Dios mediante sacrificios sin obediencia, la acusación presentada por Isaías contra los judíos, sino también porque incluso su ritual externo era una mera corrupción y no estaba sancionado por Dios.

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