Y acontecerá que si él te dijere, no me iré de ti; porque te ama a ti y a tu casa, porque está bien contigo;

Si él dice... no me iré. Si rehusaban hacer uso del privilegio de liberación y elegían permanecer con su amo, entonces, mediante una forma especial de ceremonia, se convertían en parte de la transacción, se vendían voluntariamente a su empleador y continuaban a su servicio hasta muerte.

En este pasaje, en el que se prescribe de nuevo la indicación simbólica de la servidumbre permanente  (ver las notas en Éxodo 21:4 ), se afirma aún más definitivamente que la oreja debe estar sujeta con el punzón a la puerta.

El deshonor manifiesto que se encuentra en este acto simbólico concuerda perfectamente con todo el espíritu de la ley; pues ésta busca proteger la libertad personal en todos los sentidos, y siempre restablecerla, y no puede, por lo tanto, aprobar que uno se entregue a la servidumbre perpetua. Es cierto que en el caso que nos ocupa tenía, en el amor a su familia, una razón aparentemente buena para el acto. Pero, ¿quién le obligó desde el principio a entrar en esas relaciones y a tomar por esposa a una doncella que era propiedad de su amo?" (Traducción de Barrow de Saalschutz "Sobre la servidumbre hebrea").

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