Y el Señor me dijo: No le temas, porque yo lo entregaré a él, a todo su pueblo y a su tierra, en tu mano; y harás con él como hiciste con Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón.

El Señor dijo... No le temas. Su aspecto gigantesco y el formidable despliegue de fuerzas que traerá al campo de batalla no deben desanimarte; porque, al pertenecer a una raza condenada, está destinado a compartir el destino de Sehón.

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