Una misma ley será para el natural, y para el extranjero que mora entre vosotros.

Una sola ley será para el nacido en casa y para el extranjero que resida entre vosotros. Este reglamento muestra el espíritu liberal de las instituciones hebreas. Cualquier extranjero podía obtener la admisión a los privilegios de la nación si cumplía con sus ordenanzas sagradas. En la dispensación mosaica, al igual que en la cristiana, el privilegio y el deber estaban inseparablemente unidos.

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