Éxodo 29:1

Y esto es lo que harás con ellos para santificarlos, para ministrarme en el sacerdocio: toma un novillo y dos carneros sin defecto,

Esto es lo que harás. Esto es lo que harás. Al principio de una sociedad se toman medidas que no es necesario repetir cuando la máquina social está en pleno movimiento; y Moisés, en la apertura del tabernáculo, fue empleado para desempeñar funciones que, en períodos posteriores, habrían sido consideradas como un sacrilegio,  poner una mano no consagrada en el arca, y castigadas con la muerte instantánea. Pero él actuaba bajo las instrucciones especiales de Dios. La ceremonia de consagración de los sacerdotes se describe sumariamente en los siguientes versos.

Santificarlos. El acto de investir a los sacerdotes iba acompañado de solemnidades ceremoniales bien calculadas, no sólo para inducir al pueblo a abrigar una visión exaltada del oficio, sino para impresionar a los propios funcionarios con un profundo sentido de su magnitud e importancia. En resumen, se les enseñaba a saber que el servicio era tanto para ellos como para el pueblo; y cada vez que emprendían un nuevo desempeño de sus funciones se les recordaba su interés personal en el culto, al estar obligados a ofrecer por sí mismos antes de estar capacitados para ofrecer como representantes del pueblo.