Por tanto, así dice el Señor DIOS: Lo rasgaré con un viento tempestuoso en mi furia, y habrá una lluvia torrencial en mi enojo, y grandes pedruscos de granizo en mi furia para consumirlo.

Así dice el Señor Dios: Lo rasgaré con un viento tempestuoso en mi furia, y habrá una lluvia torrencial. Dios repite, en Su propio nombre como fuente de la próxima calamidad, lo que había sido expresado generalmente.

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