Por tanto, así dice el Señor DIOS; He aquí, yo estoy contra ti, oh Tiro, y haré subir contra ti muchas naciones, como el mar hace subir sus olas.

Yo... haré que muchas naciones suban contra ti, como el mar hace subir sus olas. En marcado contraste con la jactancia de Tiro, Dios amenaza con traer contra ella el ejército de Babilonia, reclutado de "muchas naciones", así como las olas del Mediterráneo se precipitaron contra su ciudad fundada en la roca por todos lados.

También le quitaré el polvo y la haré como la cima de una roca, o 'una roca desnuda' (Grotius). La tierra que los tirios habían juntado sobre la roca sobre la que construyeron su ciudad la rasparé hasta que no quede polvo, sino solo la roca desnuda tal como era. Un terrible contraste con su expectativa de llenarse con toda la riqueza de Oriente, ahora que Jerusalén ha caído.

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