Y no habéis guardado la guarda de mis cosas santas, sino que habéis puesto guardas de mi guarda en mi santuario para vosotros.

Pero vosotros habéis puesto guardas de mi cargo en mi santuario para vosotros, como vosotros, aunque aptos, no como yo los apruebo. O bien, 'vosotros mismos no habéis guardado la guarda de mis cosas santas, sino que habéis puesto a otros como guardas de mi guarda en mi santuario para vosotros' (Maurer).

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad