Y estando él aún hablando con ellos, vino Raquel con las ovejas de su padre, porque ella las guardaba.

Estando él aún hablando... vino Raquel. Entre las tribus de pastores, las jóvenes hijas solteras de los más grandes jeques cuidan los rebaños, salen al amanecer y continúan observando su veloz carga hasta el atardecer. Esta práctica de emplear a mujeres jóvenes para cuidar los rebaños se mantiene todavía entre los beduinos modernos; y entre algunas tribus estos se emplean exclusivamente, tanto que Burckhardt declara, 'un niño se sentiría insultado si alguien dijera: "Ve y lleva las ovejas de tu padre a pastar". Estas palabras, en su opinión, significarían 'no eres mejor que una niña'.

Darles de beber, que se hace dos veces al día, es un trabajo de tiempo y esfuerzo, y Jacob prestó un servicio no menor al ofrecer su ayuda a la joven pastora. Fue un acto de cortesía por parte de un extraño, que Raquel aceptó de buen grado como si se tratara de un pariente. La entrevista fue conmovedora, la recepción bienvenida, y Jacob olvidó todos sus problemas en la sociedad de sus parientes mesopotámicos. ¿Podemos dudar de que, por el camino, dio gracias a Dios por su bondad?

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