Porque así ha dicho Jehová; Hemos oído una voz de temblor, de miedo, y no de paz.

Hemos oído una voz de temblor. Dios presenta a los judíos hablando de aquello a lo que se verán reducidos al final, a pesar de su obstinación. Amenaza y promesa se combinan: la primera brevemente, a saber, la miseria de los judíos en el cautiverio babilónico hasta su "temblor" y "miedo" que surge de la aproximación del ejército medo-persa de Ciro contra Babilonia: la promesa se desarrolla más plenamente, a saber, su "temblor" resultará en una liberación tan rápida como es la transición de los dolores de parto de una mujer a su alegría al dar a luz a un niño.

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