Y todo el pueblo se levantó como un solo hombre, diciendo: No iremos ninguno de nosotros a su tienda, ni entraremos en su casa.

Todo el pueblo se levantó como un solo hombre. La extraordinaria unanimidad que prevaleció muestra que, a pesar de los grandes desórdenes que habían estallado en muchas partes, el pueblo estaba sano en su esencia; y recordando su pacto nacional con Dios, ahora sentía la necesidad de borrar una mancha tan sucia en su carácter como pueblo. Se resolvió que los habitantes de Gabaa fueran sometidos a un castigo condigno.

Pero las resoluciones eran condicionales; porque como la ley común de la naturaleza y de las naciones requiere que se haga una investigación, y se exija satisfacción, antes de cometer un acto de hostilidad o venganza, se enviaron mensajeros por todo el territorio de Benjamín, exigiendo la rendición inmediata o la ejecución de los delincuentes. La petición era justa y razonable; y al rechazarla, los benjamitas se convirtieron virtualmente en parte de la disputa.

No debe suponerse que el pueblo de esta tribu fuera insensible o indiferente al carácter atroz del crimen que se había cometido en su suelo. Pero su patriotismo o su orgullo fueron ofendidos por la demostración hostil de las otras tribus. Las pasiones se encendieron en ambos lados; pero ciertamente los benjamitas incurrieron en una terrible responsabilidad por la actitud de resistencia que asumieron.

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