Y Jotam se escapó, y huyó, y fue a Beer, y se quedó allí por temor a Abimelec su hermano.

Jotham se escapó y huyó. La moraleja de la parábola que había dicho era esta: que los hombres necios y malvados se encuentran usurpando audazmente lugares de poder y prominencia, ante cuya responsabilidad los hombres sabios y buenos tienden a rehuir; y que los asociados en tales procedimientos, donde no se tenga en cuenta el principio o el mérito personal, tarde o temprano caerán por destrucción mutua.

Y fue a Beer, el pueblo moderno el-Bireh, en la cresta que limita las perspectivas del norte de Jerusalén.

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