Y ¡ojalá este pueblo estuviera bajo mi mano! entonces eliminaría a Abimelec. Y dijo a Abimelec: Aumenta tu ejército y sal.

¡Ojalá que este pueblo estuviera bajo mi mano! Parece haber sido una persona jactanciosa, insolente y cobarde, totalmente incapaz de ser un líder en una crisis revolucionaria. La consecuencia fue que se dejó arrastrar a una emboscada, fue derrotado, la ciudad de Siquem fue destruida y sembrada de sal, Abimelec daba a entender con ello su deseo de que siguiera siempre estéril y deshabitada, y el pueblo se refugió en la fortaleza, que fue incendiada, y todos perecieron en ella.

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