Entonces clamarán a Jehová, y él no los oirá; aun en aquel tiempo esconderá de ellos su rostro, por cuanto se han portado mal en sus obras.

Entonces, en el momento del juicio, que Miqueas da por sentado, tan cierto es (cf., "He aquí, yo planeo contra esta familia un mal, del cual no quitaréis vuestro cuello").

Clamarán al Señor, y no los oirá, tal como antes habían clamado los oprimidos por ellos, y no los escucharon. Su oración será rechazada, porque es el mero clamor de la naturaleza por liberación del dolor, no de arrepentimiento por liberación del pecado.

Incluso ocultará su rostro de ellos en ese momento, ya que se han comportado mal en sus acciones: los hombres no pueden esperar hacer el mal y que les vaya bien.

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