Así fueron todos los contados de los hijos de Israel, por las casas de sus padres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra en Israel;

Seiscientos mil... ¡Qué aumento tan asombroso! Y sin embargo, esta enumeración se limitó a los hombres de veinte años en adelante. Incluyendo a las mujeres, los niños y los ancianos, junto con los levitas, la población total de Israel, según los principios ordinarios de cálculo, ascendía a unos 2.400.000. Según un cálculo hecho sobre la base de este censo, que dio este extraordinario resultado de 603.550 hombres capaces de portar armas, cada hombre casado entre los israelitas debía tener una familia de cuarenta y dos hijos. Pero si los israelitas se hubieran limitado cada uno a una sola esposa, una cifra tan elevada es inexplicable.

Sólo es posible admitir que entre los hebreos la poligamia era tolerada y ampliamente practicada (Michaelis, 'Comment.', parte 2:, sec. 94). Esta opinión de Michaelis ha sido objetada, por estar fundada en un promedio demasiado alto; y una mejor solución de la dificultad es suponer que durante las cuatro generaciones en Egipto habría muchos descendientes de hijos, ya que Josué fue el séptimo. Partiendo de esta hipótesis, Birks y Benisch calculan que para hacer el número registrado de israelitas en el éxodo sólo se necesitaría que cada familia estuviera compuesta, en promedio, por ocho hijos, niños y niñas.

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