Y partieron primero conforme al mandamiento de Jehová por mano de Moisés.

Primero emprendieron su viaje... por la mano de Moisés. Es probable que Moisés, al levantar el campamento, se situara en alguna eminencia para ver cómo se desfilaban las filas por la embocadura de los montes. Se describe el orden de marcha, ( Números 2:1 ); pero como la vasta horda se representa aquí en migración real, puede ser apropiado notar el extraordinario cuidado que se tuvo para asegurar el transporte seguro de las cosas sagradas.

En la retaguardia de Judá, que, con las tribus de Isacar y Zabulón, encabezaba la furgoneta, seguían los gersonitas y meraritas con los materiales más pesados y toscos del tabernáculo. A continuación se pusieron en movimiento las divisiones de flanco de Rubén y Efraín; y luego vinieron los coatitas, que ocupaban el centro de la masa en movimiento, llevando los utensilios sagrados sobre sus hombros, y estaban tan atrasados con respecto a las otras porciones del cuerpo levítico, que éstos tendrían tiempo en el nuevo campamento para erigir el armazón del tabernáculo antes de que llegaran los coatitas.

El último de todos, Dan, con las tribus asociadas, se encontraba en la retaguardia de la inmensa caravana. Cada tribu estaba reunida bajo su príncipe o jefe, y en todos sus movimientos se reunía en torno a su propio estandarte.

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