Ponga el SEÑOR, Dios de los espíritus de toda carne, un varón sobre la congregación,

Dios de los espíritus de toda carne. La petición se hizo muy convenientemente a Dios en este carácter, como Autor de todos los dones intelectuales y de las gracias morales de que están dotados los hombres, y que puede suscitar personas idóneas para los más arduos deberes y las más difíciles situaciones.

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