Y habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo:

No os cortéis... una solemne advertencia a Moisés y Aarón para que tengan cuidado, no sea que, por cualquier negligencia de su parte, se introduzcan desórdenes e impropiedades, y para que tengan el mayor cuidado de que todas las partes de este importante servicio se repartan entre las partes apropiadas, no sea que los coatitas queden descalificados para sus altos y honorables deberes. La culpa de su muerte recaería sobre los sacerdotes encargados, si no daban las instrucciones adecuadas o permitían cualquier familiaridad irreverente con las cosas sagradas.

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