Y traerás a los levitas delante del tabernáculo de reunión, y reunirás a toda la congregación de los hijos de Israel;

Los hijos de Israel ... Puesto que era claramente imposible que toda la multitud de los israelitas pudiera hacer esto, debía tratarse de una parte selecta de ellos. Esta parte, que impuso sus manos sobre los levitas, algunos suponen que fueron los primogénitos, quienes, por ese acto, transfirieron su privilegio especial de actuar como ministros de Dios a la tribu levítica; y otros suponen que fueron los príncipes que así los bendijeron.

De este pasaje se desprende que la imposición de manos era una ceremonia utilizada para consagrar a las personas a los oficios sagrados en la antigüedad, como, a partir del ejemplo de nuestro Señor y sus apóstoles, se ha perpetuado en la Iglesia cristiana.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad