El falto de sabiduría desprecia a su prójimo, pero el hombre de entendimiento calla.

El falto de sabiduría (hebreo, corazón) desprecia a su prójimo, pero el hombre de entendimiento calla. Agrava el pecado de 'despreciar' al otro, que es el 'prójimo' de uno, aliado por la creación, por la comunidad de lazos civiles y religiosos, y por la perspectiva de la misma eternidad. "Desprecia", y por lo tanto ataca con burlas despectivas, "a su prójimo", cuando éste ha caído en la desgracia o en el error.

La antítesis requiere que la elipsis se suministre así: 'Pero el hombre de entendimiento calla', es decir, no se burla despectivamente de su prójimo. Mariana conecta el sentido con: "El que está falto de sabiduría desprecia a su prójimo" por el secreto que conoce PARA su descrédito, y habla de ello a otros; "pero el hombre de entendimiento calla" al respecto.

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