El camino del perezoso es como un cerco de espinos, pero el camino de los justos es allanado.

El camino del perezoso (el hombre es) como un seto de espinos. Le parece como si un seto de espinas estuviera en su camino, si tiene algún trabajo que hacer; especialmente cuando se le insta a entrar en el camino de los mandamientos del Señor. Ve dificultades donde todo es claro para el dispuesto y el resuelto.

Pero el camino del justo se hace claro, o 'se levanta como una calzada nivelada', ya que es lo opuesto a 'perezoso'; es decir, laborioso; mientras que "el perezoso" es lo opuesto a "justo"; es decir, injusto. La justicia quita las dificultades del camino, y por la acción frecuente forma el hábito, como un camino trillado y llano, de modo que 'no tengan tropiezo' (margen,).

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